Así, desde hace décadas, contamos con ordenadores en nuestras consultas. Cuando comenzaba en este mundo, todas las historias estaban en papel. Os podéis maginar lo que eso suponía en cuanto a interpretación de la letra de todos aquellos que escribían en ella. Pero no sólo eso, suponía un riesgo en cuanto a que se perdiera alguna hoja, se estropeara por alguna inclemencia o, simplemente, se traspapelara la historia entera.
La historia electrónica ha venido a solucionar la mayoría de estos problemas. Es mucho más fácil de almacenar, da igual quien la escriba y difícilmente se traspapelará. Pero no sólo eso, ahora además al ir a los domicilios podemos hacer uso de una tablet y acceder a la historia del paciente y escribir en ella.
Personalmente, esto último ha facilitado mucho el cuidado de las personas en los domicilios. El acceso a la historia da muchas pistas sobre la persona que tienes delante, sin correr el riesgo de traspapelar las anotaciones que se hagan o sin llevar impreso datos sensibles de un paciente.
Es cierto, que aún quedan mejoras por realizar, sobre todo en lo que respecto a simplificar su uso. A veces parece que está pensado para dificultar nuestra labor, más que a ayudarnos.
En el caso de mi actividad, uso el software de DriCloud que me permite fácilmente, y con el uso de una tablet, acceder a la historia de mis pacientes en su domicilio.