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Medicina Familiar a domicilio
Ayudando a personas de edad avanzada en su propia casa
Medicina clásica vs telemedicina
Escrito por José mª Morón el 1 de Marzo de 2021
Sufrimos en los últimos tiempos un auténtico bombardeo con el cambio hacia un mundo digital. Es cierto que muchas funciones que en el pasado requerían de un control humano, hoy día han sido sustituidas por robots o tan sólo requieren de un ordenador para su vigilancia. En el campo de la medicina, también ha irrumpido de diversas formas.

Creo que intentar mantenerse al margen de las nuevas tecnologías, y lo que estas nos ayudan, es un error. Pero tampoco supone que sólo éstas deban prevalecer frente a algunos valores llamados clásicos.

Historia clínica
Así, desde hace décadas, contamos con ordenadores en nuestras consultas. Cuando comenzaba en este mundo, todas las historias estaban en papel. Os podéis maginar lo que eso suponía en cuanto a interpretación de la letra de todos aquellos que escribían en ella. Pero no sólo eso, suponía un riesgo en cuanto a que se perdiera alguna hoja, se estropeara por alguna inclemencia o, simplemente, se traspapelara la historia entera.

La historia electrónica ha venido a solucionar la mayoría de estos problemas. Es mucho más fácil de almacenar, da igual quien la escriba y difícilmente se traspapelará. Pero no sólo eso, ahora además al ir a los domicilios podemos hacer uso de una tablet y acceder a la historia del paciente y escribir en ella.

Personalmente, esto último ha facilitado mucho el cuidado de las personas en los domicilios. El acceso a la historia da muchas pistas sobre la persona que tienes delante, sin correr el riesgo de traspapelar las anotaciones que se hagan o sin llevar impreso datos sensibles de un paciente.

Es cierto, que aún quedan mejoras por realizar, sobre todo en lo que respecto a simplificar su uso. A veces parece que está pensado para dificultar nuestra labor, más que a ayudarnos.

En el caso de mi actividad, uso el software de DriCloud que me permite fácilmente, y con el uso de una tablet, acceder a la historia de mis pacientes en su domicilio.

Recetas
Otro de los grandes avances de la digitalización. Ya no sólo a nivel del ámbito público sino también en el privado se puede hacer uso de la receta electrónica. Permanecer sólo en la receta de papel puede tener sus días contados.

En este sentido a través de REMPE puedo prescribir cualquier medicación en el domicilio del paciente y ser recogida en cualquier farmacia con sólo presentar el DNI. Obviando papeles y con mayor seguridad.

Añade la comodidad que, si el paciente lo precisa y se trata de alguna consulta que no precise valoración directa en el domicilio del paciente, se puede prescribir y el paciente puede obtener el medicamento. Ahorrando la necesidad de desplazamiento por parte del médico o del paciente.

Teleconsulta

Entramos ya en algo más espinoso. No seré yo el que niegue algunos éxitos en este aspecto.

El más reseñable, y uno de los que más tiempo llevamos usando, es la teledermatología. En este caso realizamos una fotografía a una lesión de un paciente, sobre la que tenemos algunas dudas, y las remitimos al Dermatólogo. Éste nos contestará rápidamente con un diagnóstico y, en caso de dudas , nos citará al paciente para tomar una decisión en vivo.

Pero hemos pasado a un abuso de esta técnica que produce una sobrecarga de la atención primaria que soporta todo el peso del proceso y cuyas ventajas aún están por ver.

Últimamente, asistimos a una ingente variedad de opciones que implican el uso de la tecnología en sustitución de la valoración presencial.

Peor aún cuando esta ventaja tecnológica se usa como única opción para valorar a un paciente.

También es cierto que el uso del teléfono estaba infravalorado hasta hace apenas un año. Ahora hemos dado un giro de 180º, donde parece, si atendemos a lo que se publica en los medios de comunicación, que no hay otra opción y tan sólo en algunos casos vemos a los pacientes.

Probablemente, como en todo, la virtud está en el medio. Usar el teléfono más de lo que lo usábamos a principios de 2020, pero no como único medio.

¿Y qué ocurre con los domicilios?

Pues en este caso también hemos visto una diferencia con el paso de los años. Cada vez con mayor frecuencia las llamadas de los pacientes son atendidas en centros de coordinación para valorar la necesidad de una visita domiciliaria.

Recientemente, hemos visto a grandes compañías, que tienen como negocio la telefonía y la televisión, como se pasan a la nueva digitalización y dan servicios médicos digitales. Ofrecen desde contacto telefónico hasta videollamadas para solucionar los problemas de sus usuarios. En último caso, desde estas compañías ofrecen una visita a domicilio si no lo ven claro.

En el caso que comentamos, el médico que visita al domicilio, no va a ser el mismo que habló por teléfono. Si además implica algún seguimiento, probablemente implique a un tercer médico.

Pero, lejos de demonizar esta posibilidad, lo veo con una perspectiva algo diferente. El uso del teléfono o de la videollamada es una ventaja tecnológica y veo absurdo desecharlo sin más.

En mi caso, a diferencia de las grandes compañías, tengo una serie de ventajas. Conocer a los pacientes permite que el uso de estas tecnologías sea más seguro. Además si veo que con ellas no queda claro lo que ocurre, visito al paciente y una vez allí, si precisa de un seguimiento en el tiempo, volveré a visitarlo.

Conclusión

Por tanto el uso de las nuevas tecnologías es fundamental también en medicina. Pero una perspectiva “clásica”, añadida a todas ellas, puede mejorar el cuidado que reciben las personas en su propio domicilio.

Si estáis interesad@s en mi proyecto de Medicina Familiar a domicilio, os invito a pulsar el botón que encontraréis más abajo. Ahí podréis obtener más información sobre mi programa. 

José Mª Morón Franco


Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Dedicado a la atención de personas de edad avanzada en su propio domicilio. 
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